Historia de Vicálvaro | Capítulo II, La edad media

Las órdenes militares

Si de gente importante estamos hablando, no podemos olvidar una de las principales protagonistas de la Edad Media: las Ordenes Militares. Su presencia, en lo que luego sería término municipal de Vicálvaro, acentúa, a nuestro juicio, lo que podríamos llamar carácter «manchego» de nuestro pueblo, pues estas posesiones se encontraban en el límite noroccidental del área de actividad de estos frailes-soldados (centrada en la región meridional). Dicho de otra manera, Vicálvaro estaba (y está) en la frontera real (histórico-geográfica, no administrativa) entre Castilla y La Mancha.

Ya dijimos anteriormente que tanto la de Santiago como la de Calatrava están en las raíces mismas de la información sobre nuestro territorio.

Unas «visitas» de la Encomienda de Moratalaz, hechas en 1459 y 1502, enumeran lo que la Orden de Calatrava tenía por estos pagos:

— La llamada serna de Calatrava, casi toda ella plantada de viñas (la mitad del actual barrio de Moratalaz).

— Un huerto y una «haza» (probablemente del otro lado del arroyo del Abroñigal).

— Una viña en Ambroz y una huerta pequeña con unas nogueras (intuimos que sería la futura huerta de Ambroz).

El deslinde y amojonamiento de las tierras compradas por Juan de Luján, citado más arriba, corrobora esto último, pues uno de los mojones lindaba con «tierra de la Orden, de la parte de Ambroz».

Pero estas pequeñas migajas (comparadas con el cogollo de su imperio manchego), tan dispersas, no debían tener demasiado interés. Hay noticias de que la Orden de Santiago vendió en 1494 tres aranzadas y media (poco más de una hectárea) de viña a un tal Antón Dávila, vecino de Madrid. En febrero de 1486 el Concejo madrileño dio permiso para avecindarse en Carrantona a un tal Andrés Fernández, lo que quiere decir, con casi toda seguridad, que tal lugar ya no era de la Orden en esa fecha. Por otro lado, a partir de que los Reyes Católicos y, sobre todo, Carlos V se hicieran con la dirección de estas instituciones, comenzó un proceso de desmantelamiento de sus propiedades que, en nuestra zona, llevó a que, a mediados del siglo XVI, las órdenes fueran un mero recuerdo toponímico.

Historia de Vicálvaro