Historia de Vicálvaro | Capítulo III, El siglo XVI

Población y estamentos sociales

Desde el punto de vista económico-social, dos terceras partes del conjunto humano son pobres, siendo la tercera propietaria de una mediana hacienda. Los primeros «se sustentan de arrastrar paja larga, y de hacer yeso, y de llevar canto, y de ser harineros comprando trigo y vendiéndolo en harina, y lo uno y lo otro llevarlo a la villa de Madrid a venderlo, y de ésto se sustenta lo más ordinario».

La población, antes escasa, cuenta en el momento de realizarse el censo, con poco más de doscientos vecinos, dedicados a la labranza, entre los cuales habrá como docena y media de hidalgos, poco más o menos, «los cuales les ven estar en posesión de hijosdalgo, pero que el título que tienen no lo saben», comentan:

Vicálvaro era un pueblo de personas humildes, tanto por su posición social como económica, que no confunda el hecho de que estas tierras albergan a «docena y media de hidalgos», pues éstos eran la capa más baja de la nobleza, y como toda ésta consideraban un deshonor el ganarse la vida con su trabajo. A pesar de su posición social un tanto elevada, su nivel económico no se correspondía con aquélla. En el Lazarillo de Tormes (siglo XVI) encontramos una semblanza humorística, pero real de los numerosos hidalgos que por entonces existían: «... ¡Grandes secretos son, Señor, los que vos hacéis y las gentes ignoran! ¿A quién no engañará aquella buena disposición y razonable capa y sayo? ¿Y quién pensará que aquel gentil hombre se pasó ayer todo el día con aquel mendrugo de pan, que su criado Lázaro trujo un día y noche en el arca de su seno, do no se le podía pegar mucha limpieza, y hoy lavándose las manos y cara, a falta de paño de manos se hacía servir de la halda del sayo? Nadie, por cierto, lo sospechará. ¡Oh, Señor, y cuántos de aquéstos debéis Vos tener por el mundo derramados, que por padecer por la negra que llaman honra, lo que Vos no sutrirían!»

Los hidalgos vivían en un mundo de apariencias donde lo importante era creerse superiores al pueblo llano, aunque sus estómagos estuvieran vacíos.

Debido a la existencia de gran cantidad de pobres, el pueblo contaba con un hospital de caridad, que las Relaciones Topográficas mencionan en uno de sus capítulos: «Una persona particular dexo una casa pequeña, en la cual acogen a los podres que vienen de camino, y que esta casa la sustenta el dicho lugar de sus limosnas para que no se caiga».

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