Historia de Vicálvaro | Capítulo III, El siglo XVI

Ambroz, también declara

A Ambroz también le llega el turno de declarar sobre su historia; la tarea recaerá sobre dos ancianos, Francisco Martín y Juan de Elvira «el Viejo», quienes bajo juramento responderán a cada uno de los capítulos de que constaba la declaración. Fueron nombrados por el concejo, por ser los más idóneos para tal misión.

Sobre el origen del nombre de Ambroz, declaran desconocerlo, han oído decir que es muy antiguo, «pero de que tiempo a esta parte esta fundado y quien lo fundo e le gano de los moros no lo saben».

Geográficamente linda hacia donde sale el sol con Coslada (media legua), hacia el mediodía con Vicálvaro (cuarto de legua), al poniente con la Villa de Madrid (legua y media) y al norte con Alameda (una legua pequeña) y Canillejas (media legua).

El pueblo, al igual que Vicálvaro, es una aldea sujeta a la noble villa de Madrid, en el reino de Toledo, gobernado bajo el amparo y corona del rey Felipe.

La justicia corre a cargo de dos alcaldes ordinarios, dos regidores, un alcalde de la Santa Hermandad, un alguacil;, dos cuadrilleros y un escribano. Estos trabajos no están remunerados, a excepción del escribano, que percibe como salario cinco ducados por año.

Eclesiásticamente, el pueblo pertenece al arzobispado de Toledo y al arciprestazgo de Madrid. Posee una parroquia bajo la advocación de San Benito y hay en ella una capellanía que dotó Fernando Alonso García «el Viejo».

Ambroz, como Vicálvaro, es un beneficio curado, cuyo valor es de 600 ducados cada año.

En su término hay también una ermita dedicada a San Sebastián, y a un cuarto de legua existe otra ya despoblada, «que dicen San Cristóbal».

Celebran la fiesta en honor a su patrón San Benito, guardando además la de San Jorge y la Santa Cruz de Mayo, y, asimismo, «tienen por voto de ayunar la vigilia de señor San Sebastián y el día de señor San Marcos, que no comen carne»,

Los habitantes, unos 60 vecinos, son todos labradores pobres y no poseen en propiedad tierra alguna, sino que la llevan en renta, y cultivan trigo y cebada.

Para el pasto de sus ganados cuentan con dos dehesas situadas en el término del pueblo.

Abundan las aguas y las fuentes, escasea la leña de la que se proveen en las sierras de Manzanares y la sal en las salinas de Atienza y Espartinas.

Las casas están construidas de piedra, tierra, yeso, madera y teja.

Hasta aquí, lo que nos ha llegado del pueblo vecino a Vicálvaro, que más tarde pasaría a formar parte de nuestra jurisdicción territorial.

Historia de Vicálvaro