Vicálvaro ayer y hoy

Vicálvaro Ayer y Hoy | Presentación

Los textos son los originales de la publicación de 1989. Si añadimos alguna modificación, se hará constar.

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Presentación

Según un antiguo proverbio "vale más una imagen que mil palabras"; pero también hay otro que dice: "en el principio era sa palabra".

¿Por qué añadir palabras a un libro de imágenes?

Para muchos de los miembros de la Asociación que ha promovido esta publicación sobrarían las palabras, porque lo que se pretende transmitir resulta evidente en la simple observación de las fotografías. Pero la evidencia es un concepto relativo que, para cada grupo de gente, en según qué tiempo y lugar, tiene distinto significado.

Estudiando la historia de Vicálvaro , nuestro lugar, hemos podido saber que para la Inquisición resultó evidente que había que condenar a la Bernarda; para el Concejo resultó evidente que había que roturar la dehesa; para unos resultó evidente que la Vicalvarada fue buena para el pueblo, porque se vendería mucho y eso para la reconstrucción de las casas y para otros fue evidente su maldad, contemplando los destrozos en su melonar; resultó evidente para unos que había que quemar la iglesia y para otros que había que derribar el Ayuntamiento...

Así pues, preferimos aclarar la evidencia de nuestro mensaje; explicitar nuestras intenciones al haber emprendido este trabajo, con la esperanza de que alguien sea capaz de ver más allá que nosotros mismos y descubrir evidencias que se les escapan a los propios recopiladores y autores.

Porque, en primer lugar, es el nuevo testimonio del estado de las cosas, que incluye la recuperación de las viejas fotografías y la realízación de las nuevas. Al igual que este libro no hubiera podido editarse sin que alguien hiciese las fotos hace 20, 40, 60 o más años, tampoco será posible que alguien haga otro equivalente dentro de otros tantos si nosotros no las hacemos ahora. La historia no sólo se recopila, se hace cotidianamente. Los que gustamos de recoger, a fuer de bien nacidos, también hemos de sembrar.

En segundo lugar, es el dolorido canto a la muerte de un pueblo. La inclemente destrucción de nuestro patrimonio arquitectónico, que en estas páginas queda reflejada y que no ha podido ser frenada, a pesar de nuestros esfuerzos, clama al cielo (que no lo oirá).

Como rabieta impotente podría considerarse, o bien como serena apelación a generaciones futuras, para que escarmienten en cabeza ajena, si es que pueden.

En tercer lugar, es una contribución a la puesta al día de la cultura vicalvareña. Publicaciones de este estilo empezaron a hacerse hace muchas decenas de años en las principales ciudades de Europa y América, y no hay población que se precie que no tenga ya hecho algo parecido.

Nosotros, más vale tarde que nunca, aportamos ahora otro ladrillo más para recomponer/inventar la conciencia de autoctonía, la masa con que trabar la fábrica en el autoconocimiento, que es la premisa básica de la autoestima.

Según el viejo refrán castellano, "nadie es más que nadie", y así debería ser; pero Vicálvaro lleva algún tiempo siendo, no menos, sino tan nadie como otros antiguos pueblos del Área Metropolitana madrileña aplastados y oscurecidos por el crecer de la gran urbe. Esta obra pretende constituir otro peldaño para subir desde las lamentables cotas de olvido, desidia y adocenamiento a que nos relegaron, a las de otras de vivencias plenas e igualitarias.

En cuarto lugar, es una ayuda y un agradecimiento a los convecinos, minoritarios aún, que quieren seguir esta línea y nos han apoyado y alentado tanto material como moralmente desde hace años. Tienen derecho a disponer de cualquier producto de nuestra actividad, que para ellos está pensada.

Tras varias exposiciones que la Asociación ha realizado sobre la Historia de Vicálvaro, hemos sacado la conclusión de que el autorreconocimiento de personas y grupos en los materiales expuestos es una de las claves del éxito. Es decir, que la narración de las cosas recordables por las personas vivas es el mejor banderín de enganche para sugerirles una mayor profundización en nuestro pasado más remoto, para ayudarles a relacionar sus historias con la Historia.

En quinto lugar, es una provocación para aquellos especialistas en paisaje urbano que se dignen abandonar las aulas universitarias y las terrazas de la Castellana y venir a analizar los desastres periféricos. Nunca vendrá mal cualquier tipo de ayuda para mejor conocer y mejor prepararnos para el futuro. Una provocación, en otro sentido, para aquellos que contemplando las fotografías deduzcan lo estupendo que es el "progreso" que ha acabado con tantas "casuchas de pueblo" y ha traído muchos autos. Para motivarles a una reflexión, en tanto en cuanto existimos otros que también pagamos nuestros impuestos y que pensamos que cualquier tiempo pasado no es que fuera mejor ni peor, pero proporciona una mayor dimensión a nuestras vidas. Para exponerles que se puede acceder a las ventajas de la vida moderna sin perder los legados de la pasada, que la pérdida de las cosas viejas nos hace más pobres, pequeños e insustanciales.

Vicus Albus sigue en la brecha y aquí está otra muestra. Sugerimos a los vicalvareños de cuna, de adopción o de corazón que observen, reflexionen y actúen. Así éramos... ¿Cómo querríamos ser?

Vicálvaro Ayer y Hoy